Escriben Leda M. Pérez* y Johana Reyes**
La mayoría de las actuales trabajadoras del hogar han llegado a Lima de otras partes del país como niñas o adolescentes. Esto, junto con su bajo nivel educativo, pobreza, procedencia y condición de género las hace vulnerables a la trata y a la explotación laboral. Sobre la base de 25 entrevistas, este texto explora la experiencia de migración interna de estas trabajadoras y su nexo con la trata.
Investigación previa sobre este sector ha mostrado que la mayoría de trabajadoras son adolescentes y mujeres que migran a Lima (Anderson 2007; 2010; Pérez y Llanos 2015a), y en general son altamente vulnerables a una serie de situaciones de explotación. Al mismo tiempo, muchas se inician en esta ocupación de forma muy temprana y eso las expone aún más a experiencias con la trata. Al presente, se estima que en el Perú existen poco más de 410,000 trabajadoras del hogar adultas (INEI 2013; Pérez & Llanos 2015a). Sin embargo, al otro extremo de las trabajadoras del hogar adultas que forman parte de la estadística oficial, están aquellas que no se asoman siquiera a ser contadas y, por supuesto, las niñas y adolescentes en trabajo infantil doméstico – que, aunque contadas hasta cierto punto (alrededor de 110,000 según datos de AGTR) – forman parte de una dinámica laboral muy particular.
Este grupo, existe de forma histórica desde los tiempos de la colonia, siendo conformado en su mayoría de mujeres migrantes que llenan los vacíos del trabajo formal que las trabajadoras del hogar mencionadas líneas arriba no pueden cumplir – y que antes de la existencia del trabajo formal en servicio doméstico era todo lo que había para satisfacer la demanda del mercado, y que posiblemente siga siendo la mayor parte de trabajo doméstico a terceros. Hoy en día, este grupo de mujeres y niñas sigue migrando y enfrentándose a una serie de situaciones de abuso y explotación que posiblemente se estén sobreponiendo a situaciones de trata de personas. Dado la alta informalidad que existe en el Perú y el hecho de que la mayor parte de la población económicamente activa (PEA) ocupada es mal remunerada, ello también puede explicar la continuación de la práctica histórica de “traer” a adolescentes y, muchas veces, a niños para trabajar en casa de familiares en Lima (Anderson 2010).
Este estudio pregunta: ¿Por qué sigue siendo la migración una condición tan prevalente en las trabajadoras de este sector (según el INEI, 2013, el 51% de ellas son migrantes)? ¿Cuáles, si algunas, han tenido experiencias en la trata? ¿Cómo se relaciona esto con las experiencias de trata?
A sabiendas de que la mayoría de las trabajadoras del hogar llegan a Lima como adolescentes, además de que cuentan con otras vulnerabilidades incluyendo bajo nivel educativo, pobreza, procedencia y condición de género, nuestra hipótesis es que una alta tasa de informalidad de la PEA ocupada a nivel nacional, combinado con un Estado poco presente en el apoyo cotidiano de su población, contribuye a la práctica normalizada de “traer” a niñas y adolescentes para trabajar para terceros en el sector doméstico, muchas veces de manera invisible y altamente explotada.
Resultados
Presentamos a continuación los resultados de nuestra investigación cualitativa que incluyó breves encuestas a una cohorte de 25 trabajadoras del hogar, así como entrevistas semiestructuradas con las mismas entre septiembre y diciembre del 2016. La edad promedio fue de 41 años y su edad de inicio en servicio doméstico fue de 15 años típicamente, aunque hubo al menos 3 personas que reportaron haber comenzado entre los 7 y 11 años de edad. De hecho, 12 de las 25 vinieron a Lima entre las edades de 5 a 17 a trabajar o estudiar. De la población total, 21 de las 25 entrevistadas migraron a Lima desde otras regiones del país. Asimismo, la mayoría son madres (de las 25 mujeres entrevistadas, 17 reportaron tener al menos un hijo.).
Sobre las encuestas
Los resultados de las encuestas revelan que de las tres grandes categorías que pueden conformar una situación de trata (1. Captación; 2. Transporte/traslado; 3. Acogida/recepción/retención), la más sobresaliente es la de “acogida/recepción/retención”. Específicamente, la mayoría de mujeres reportan haber tenido largas jornadas haciendo trabajo excesivo sin descanso o pago. Por otro lado, y si bien con un porcentaje mucho menor, también existieron mujeres que reportaron que no las dejaban salir de la casa donde trabajaban ni estar en contacto con su familia, o haber recibido amenazas contra ellas mismas y sus familias si es que escapaban de la casa.
La segunda categoría en la que se tuvo varias respuestas positivas fue la de captación. Aquí, se encontró que varias trataron y/o fueron convencidas de dejar su pueblo por un trabajo. Las entrevistas luego revelaron que esto podría consistir en ofertas de trabajo fuera del país, o trabajo con un familiar. Sin embargo, las entrevistadas no consideraban que la oferta se les había comunicado con intento de engañar. Si bien podemos mostrar varios casos de maltrato y/o de explotación, en todos los casos de las personas entrevistadas, pareciera que en el momento de sus traslados lo hicieron por voluntad propia.
Sin embargo, las entrevistas nos ayudaron a entender esta compleja realidad en mayor detalle, así pudiendo cuestionar las definiciones de trata y como estos conceptos son aplicados, particularmente en el caso de aquellas que llegaron a Lima como adolescentes, o más jóvenes que ello.
Sobre las entrevistas
Las entrevistas nos ayudaron a entender de forma más cercana las circunstancias en las que se dio la migración y el inicio en el servicio doméstico, así como las experiencias suscitadas en las primeras experiencias de trabajo. Los temas centrales que emergieron de las entrevistas están divididos en los relacionados a migración y sus causas, la explotación y maltrato laboral, y el maltrato a otros niveles: acoso/abuso sexual y otros.
Migración y sus causas
Los testimonios recogidos nos muestran que las causas para migrar fueron variables. En algunos casos aparece la ya conocida figura de la “madrina”, en otros es la consecuencia de una migración familiar como alternativa a la vida en el campo, y por último encontramos también la decisión personal como consecuencia de la responsabilidad que asumen las niñas con respecto a su colaboración económica al hogar, sobre todo frente a circunstancias adversas. Fue claro también que las trabajadoras que llegan a Lima de otras partes del país comienzan con sueldos muy bajos -- en todos casos negociados por un tercero(a), usualmente algún miembro de su familia -- y con el tiempo, a través de vínculos con otras personas, comienzan a desarrollar un mayor conocimiento sobre sus derechos. De 25 entrevistadas, 21 dijeron que vinieron a Lima a trabajar o estudiar, en la mayoría de los casos priorizando el rol del trabajo
Notamos que las que llegaron a Lima entre las edades de 7 a 13 años tendieron a explicar su experiencia en el trabajo doméstico como uno en el cual venían a “ayudar" a sus familias, lo cual implicaría que no hubo propiamente una remuneración. A partir de la edad de 13 años llegan a Lima con redes asociadas a la familia, pero no con parientes directos.
Explotación y/o maltrato laboral
Así como sugieren las respuestas a las encuestas, casi el 100% de nuestras entrevistadas nos relataron historias con algún contenido de explotación o maltrato laboral (24 de 25 personas). La juventud, inexperiencia y la falta de conciencia sobre sus derechos son condiciones que han hecho de ellas blancos fáciles a ser explotadas en Lima. Asimismo, en la mayoría de los casos fueron los mismos padres de familia que mandaron a sus hijas a la casa de un tercero – usualmente un familiar – en un trueque (trabajo a cambio de hogar y tal vez estudios) que frecuentemente ayudó a contribuir a esta situación de explotación y/o maltrato. Esto se notó en la mayoría de los casos, sobre todo en las primeras experiencias de trabajo.
Maltrato a otros niveles: acoso y abuso sexual, y otros
Más allá de las historias de explotación y/o maltrato laboral que compartimos líneas arriba, en nuestra cohorte hubo un caso de violación y otro par reportó acoso sexual. Asimismo, hay varios casos que describen tratos denigrantes o marginadores por el empleador. Encontramos que estas experiencias pueden resultar traumatizantes y/o afectar las posibilidades de progresar en la vida.
Conclusiones
Entre las trabajadoras que llegan a Lima como niñas o adolescentes, la idea de que vienen a "ayudar", y que lo que hacen no es realmente trabajo, persiste hasta el día de hoy. De hecho, intervenciones de organizaciones como la AGTR/La Casa de Panchita (LCP) están diseñadas para elevar la consciencia de que la continuación de un modelo en el cual el trabajo infantil doméstico TID es normalizado le resta oportunidades de escuela y aprendizaje a los niños; que esto es trabajo y no “ayuda” y que, además, puede ser peligroso. Pero el proceso de cambiar estas creencias, tanto en los niños, como en sus padres, maestros y empleadores – sobre todo en el caso de los dos últimos – sigue siendo una labor cuesta arriba.
Consideramos que es posible que para los niños es psicológicamente menos doloroso pensar que están “ayudando” en lugar de creer que sus mismos padres, mayores y la sociedad en su conjunto los están poniendo en peligro. En el caso de los padres de familia y empleadores, así también está normalizado en ellos. Esto pareciera ser es a raíz de sus propias experiencias infantiles, lo común que es la práctica, y también por la pura necesidad de que el niño o niña gane algo de dinero o se vaya a vivir en casa ajena, así aliviando la carga económica que representa esa niña o niño para sus padres. Por parte del empleador, dado que el Estado provee muy poco apoyo -- y menos a personas que trabajan en la economía informal -- el trabajo de una niña en los quehaceres domésticos puede resultar ser una de las pocas opciones que algunos sienten tener para su propia reproducción social.
Desde la academia y desde la práctica, ¿cómo debemos evaluar estos casos? Pues, según la ley peruana, casi la mitad de nuestras entrevistadas calificarían en términos técnicos como víctimas de la trata por el traslado y la explotación que experimentaron en condición de adolescentes. El problema es que desde una óptica legalista – si es que realmente las autoridades peruanas quisieran hacer cumplir las normas – la mayoría de los padres de familia de esta cohorte tendrían que ser sancionados por mandar a sus hijas a estas situaciones. Por ello es probable que el Estado peruano no mira de cerca estos casos, pues ¿cómo sancionar a un padre que, en la mayor parte de los casos, está buscando una mejor opción para su hija? Y esto ni comienza a analizar el rol histórico de esta práctica a lo largo de siglos. Nuestro propósito aquí no es buscar el castigo para padres de familia, pero sí lograr visibilizar de manera sistemática los resultados de esta práctica.
Asimismo, habría que recordar que lo que hace posible esta “trata” son, al menos, dos partes clave: los padres por un lado y el familiar/conocido/empleador por el otro. Aquí, como hemos dicho antes (Pérez & Llanos 2015a), es importante entender mejor las necesidades de los empleadores. Sospechamos por nuestra investigación incipiente sobre el tema (Pérez & Llanos 2015b) que, si bien la práctica de traer a familiares y/o conocidos a Lima sigue siendo prevalente, ello es así en gran medida por la falta de opciones que ofrece el Estado peruano respecto de servicios de apoyo, cuidado de niñas, niños y ancianos. Ello es una consideración crítica para la política social de aquí a futuro, y no solo para la protección de jóvenes vulnerables como las que hemos visto aquí, pero para el mejor desarrollo de la sociedad peruana en su conjunto.
Por lo pronto, en la mayoría de los casos que hemos analizado las trabajadoras siguen siendo pobres y, esto, junto a su condición de mujer y falta de oportunidades por ello es algo que les persigue. Siguen en una posición relativa de inferioridad.
Bibliografía
Asociación Grupo de Trabajo Redes (AGTR)/La Casa de Panchita. (2015).
Anderson, J. (2007). Invertir en la familia: Estudio sobre factores preventivos y vulnerabilidad al trabajo infantil doméstico en familias rurales y urbanas. El caso de Perú. Lima: OIT.
_________. (2010). “Género de cuidados”. Consultado el 1 de febrero de 2017 en https://imas2010.files.wordpress.com/2010/06/anderson_71-93.pdf.
Cita completa: Anderson, J., 2007, “Género de Cuidados”, en M. Barrig (Ed.), Fronteras interiores. Identidad, diferencia y protagonismo de las mujeres, IEP, Lima, pp. 71-93.
Código penal peruano sobre la trata y tráfico de personas (artículos 153 y 153ª)
Fernández-Calvo, L. “La Lucha contra la explotación laboral y sexual” (29 de diciembre de 2016). El Comercio.
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). (2016). Consultado en línea el 20 de abril de 2017 en https://www.inei.gob.pe/prensa/noticias/mas-de-7-millones-de-mujeres-conforman-la-fuerza-laboral-del-peru-8943/.
Naciones Unidas (2017). Consultado el 20 de abril de 2017 en http://www.acnur.org/que-hace/proteccion/trata-y-trafico-de-personas/
Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2014). Consultado el 20 de abril de 2017 en http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_237488/lang--en/index.htm.
_______________. (2017). Consultado el 20 de abril de 2017 en
http://ilo.org/global/topics/domestic-workers/WCMS_211145/lang--es/index.htm.
Pérez, Leda M. & Pedro M. Llanos. (2015a). ¿“Al fondo del escalafón? Un estado de la cuestión sobre el trabajo doméstico remunerado en el Perú”. Documento de Discusión (DD1501). Lima: Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.
__________. (2015b). Twenty-first Century Paid Domestic Workers in Peru: Subsidizing and Emerging Middle Class? Paper presented at the 2015 Congress of the Latin American Studies Association. Section on Migrant Work and New and Persistent Exclusions on the basis of Gender, Race and Class. San Juan, Puerto Rico, May 30, 2015.
________. (en prensa). “Vulnerable Women in a Thriving Country.” Latin American Research Review.
* Universidad del Pacífico ** Asociación Grupo de Trabajo Redes (AGTR)/La Casa de Panchita
[Investigación en curso presentada en V Congreso Latinoamericano Sobre Trata Y Tráfico De Personas PUCP, Lima, Perú]